El accionar de Estados Unidos por recuperar su dominio unipolar va en franca e inevitable caída, a pesar de todas las maniobras y esfuerzos desplegados, que solo han evidenciado su impotencia, desesperación y pérdida hegemónica. El mundo de hoy ya no es unipolar, como lo demuestra la formación de bloques y centros de poder en diversos dominios, como fortalezas industriales, productivas o de dominio de la alta tecnología.
La supremacía de Estados Unidos, que duró aproximadamente 50 años después de la Segunda Guerra Mundial, está relacionada con la derrota de las dos grandes naciones que eran centros del socialismo, arrastrando consigo a todo un campo ideológico y sistémico. No se trataba solo de la disputa entre dos países, sino de una confrontación a muerte entre dos sistemas mundiales: una contradicción irreconciliable entre opresores y oprimidos, entre socialismo e imperialismo, entre los pueblos del mundo y sus dominadores.
Por tanto, las relaciones internacionales cambiaron radicalmente, configurándose dos bloques en confrontación y redefiniendo los campos de poder sistémico: uno en ofensiva y el otro en defensiva. Muchos «brillantes» analistas obvian esta realidad innegable debido a sus prejuicios o posiciones de clase. Incluso podríamos afirmar que las confrontaciones actuales entre los dos bloques de poder son consecuencia del proceso anterior. ¿Por qué? ¿Acaso es casual que China y Rusia sean las cabezas del bloque actual? El hecho de que se hayan producido restauraciones capitalistas en estos dos grandes países, que antes eran socialistas, no niega el legado de desarrollo en infraestructura industrial, social, económico, político, tecnológico y armamentístico que dejó el socialismo. Este legado sirvió como base para un mayor impulso productivo, industrial y tecnológico capitalista en dichas sociedades, aunque no socialista. No lo dirán ni lo reconocerán jamás; las razones son obvias.
Por consiguiente, las relaciones inter-imperialista en disputa por el control del mundo no representan una propuesta de salida a un mundo en caos, ya sea unipolar, bipolar o multipolar. Debemos ir más al fondo: no es una salida de un sistema en crisis general —ideológica, política, social, económica, cultural, etc.—, sino contradicciones internas en el seno de estas relaciones productivas dadas.
¿Por qué nos interesa analizar las correlaciones de fuerzas actuales? Porque el pueblo necesita claridad sobre las contradicciones en el mundo en que vive, en una sociedad de clases, y así orientar sus esfuerzos y luchas en defensa propia, avanzando en función de sus intereses de clase y colectivos.
Recientemente, la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) emitió un informe en medio de un mundo fracturado en dos bloques y tomó la decisión de recortar la tasa de interés de los préstamos en un 0,25%, atendiendo a la exigencia del gobierno de Trump dada la inmensa deuda interna de este gendarme mundial, cuyos intereses se acumulan. Se trata de una deuda impagable, mientras la tasa de intereses interbancaria se sitúa entre 4,0% y 4,25%. Según el mismo informe, la inflación cerraría este 2025 en un 3%, un punto más de lo esperado (se había proyectado en 2%). Esta tendencia pone de punta los nervios de las clases dominantes, dada las consecuencias que derivan de ella.
A esto se suma un desempleo del 4,5%, que ha subido respecto a años anteriores, con una desaceleración en la creación de empleo y un crecimiento económico de solo el 1,6%. Se prevé que la inflación suba aún más debido a las políticas arancelarias, ya que, en última instancia, es la masa popular la que asume esa subida en cada compra. Según la política yankee, el objetivo es lograr un «aterrizaje suave» entre inflación y desempleo mediante estas bajas de intereses de la FED, que no serán únicas, sino varias y escalonadas.
Para una superpotencia con inmensos gastos, crecer solo un 1,6% es prácticamente estancamiento. Si añadimos las deudas, el desempleo y los rezagos frente a otras superpotencias o potencias en múltiples campos, la tendencia que alarma y desespera al imperialismo yankee es que, a la vuelta de la esquina, podría llegar la recesión. Más grave aún sería el desmoronamiento en proceso de la hegemonía del dólar, sabiendo que la médula de la economía norteamericana es la financiera.
¿Cómo se ha sostenido Estados Unidos? La economía norteamericana se basa en:
- Agricultura: Vive una crisis económica, con mayor impacto en la agricultura rural (abandonada no solo en esta gran urbe imperialista, sino en todas las naciones capitalistas o dependientes). Esto explica la presión sobre India para abrir su mercado a productos agrícolas yankees, a lo que el primer ministro Narendra Modi respondió con un rotundo «¡no!», a pesar de ser neoliberal. No se puede negar su nacionalismo liberal, especialmente considerando que la agricultura es una base económica fundamental para su población. Políticamente, esto fortaleció a los BRICS+10, con una respuesta yankee de aranceles del 50% bajo la excusa de que India compra petróleo a Rusia, sosteniendo así la guerra en Ucrania en favor de Occidente.
Según versiones empresariales, el mercado laboral entraría en colapso dada la tendencia a la baja en todos los rubros, especialmente en este, agravado por la política anti migrante. Hay una pérdida de empleo del 4,5% en este sector.
- Industria: El declive industrial es estructural. En 1979, generaba el 22% del empleo, su punto cúspide; hoy, tras un declive prolongado, llega solo al 9% en 2019, agravado por la crisis financiera de 2008 (crisis de los bonos «basura»). Hubo una modesta recuperación, pero la tendencia continúa. La política «America First» o prioridades económicas y políticas de EE.UU. es casi solo un eslogan o un fracaso rotundo. Dicho sea de paso, este eslogan trumpista no es nuevo: apelar al patriotismo imperial o priorizar intereses nacionales data de Warren G. Harding, defendiendo el aislacionismo. Luego, en 1940, un movimiento para mantenerse fuera de la Segunda Guerra Mundial se disolvió con el ataque a Pearl Harbor (1941).
En síntesis, ni se recuperó la capacidad industrial ni se repatriaron las industrias, salvo excepciones con inversiones europeas bajo intensa presión y medidas económicas.
Si vemos la industria automotriz, está en declive: cierres de plantas, despidos o conversiones para la industria militar, que es lo que más se impulsa con presupuestos billonarios. Sin embargo, incluso en este rubro, están rezagados frente a Rusia, China, etc.
El empleo en minería, petróleo y gas también enfrenta problemas, lo que explica la presión sobre Rusia y China para materializar el proyecto Siberia 2 o la compra de gas, tierras raras y petróleo de Alaska por parte de China, vía corredor energético.
El comercio mayorista cayó en unos 12.000 empleos en agosto de 2025, según datos estatales, debido a aranceles e incertidumbre en el comercio internacional. Además, hay trabajadores con empleo parcial, igual o peor que en plena pandemia, es decir, hay sobreoferta de mano de obra.
- Consumo interno: Se ha desacelerado o priorizado en lo básico, dada la incertidumbre, inflación creciente y desempleo. Por ejemplo, Morgan Stanley proyecta para 2025 un crecimiento nominal del consumo del 3,7%, frente al 5,7% en 2024. El PCE (Gasto Personal de Consumo, por sus siglas en inglés) representa alrededor del 65-70% del PIB. Es decir, la salud económica de EE.UU. depende de lo que gasten las familias.
- Industria de alta tecnología: Genera empleo de mayor calidad, incluyendo robótica, inteligencia artificial, industria espacial, militar y los «siete magníficos» de la tecnología. Sin embargo, sin el peso de la industria tradicional, es insostenible para generar empleo masivo. Esta es la razón por la que Trump intenta atraer industrias a su origen, aunque también ha fracasado.
Mundialmente, es una de las fortalezas del imperialismo yankee que aún mantiene poder y monopolio.
- Finanzas: Es una de las fortalezas del imperialismo norteamericano y la médula del sistema. Como dijo Trump: «Perder el poder del dólar es como perder una guerra mundial». Por tanto, mantener la red de actores interconectados bajo dominio es una de las batallas por preservar su hegemonía mundial.
Dentro de ello, tenemos:
- Instituciones financieras internacionales:
- FMI y Banco Mundial: Influyen en políticas económicas de países mediante préstamos, determinando destinos no solo de naciones sometidas, sino también de las «soberanas» (entre comillas).
- Banco de Pagos Internacionales (BIS) en Basilea, Suiza: Es el banco de los bancos centrales, coordinando con más de 60 y fijando reglas globales.
- Bancos centrales de grandes potencias:
- Reserva Federal de EE.UU. (FED): La más influyente, ya que el dólar es aún la divisa de reserva global. Sus decisiones afectan tasas de intereses, inflación y flujos de capital mundiales.
- Banco Central Europeo (BCE): Aunque Europa enfrenta su momento más álgido como bloque, con oligarquías vasallas de EE.UU., el euro sigue siendo la segunda moneda más usada, al menos en Europa, actuando como estabilizador financiero en declive.
- Banco Popular de China (PBoC): Crece en influencia, pero aún interconectado en redes yankees, en interdependencia. Influye en comercio asiático y global.
- Grandes bancos privados: JP Morgan Chase, Goldman Sachs, Citigroup, Bank of America, HSBC, Deutsche Bank, UBS, entre otros. Mueven billones y están conectados con gobiernos y mercados. Su dependencia es tal que pueden derrocar gobiernos no alineados.
- Gestores de activos y fondos de inversión: BlackRock, Vanguard, State Street. Controlan inversiones por decenas de billones, ejerciendo poder silencioso sobre sectores estratégicos como energía, tecnología y farmacéuticas.
- Mercados financieros: Bolsas como Wall Street, Londres, Hong Kong y Tokio superan los 600 billones en contratos. Bajo dominio occidental, determinan flujos de capital y presupuestos de naciones dominadas.
Por debajo de este tejido financiero global de Occidente, particularmente de EE.UU. —quien en este rubro sigue siendo el monopolista dominante—, están las corporaciones nacionales y estados vasallos. El sostén de los imperialismos radica en diversos rubros, pero principalmente en este poderoso tejido financiero, médula del sistema que sostiene esta civilización. Es la fortaleza de EE.UU. y Occidente, que lucha contra el bloque de los BRICS para evitar su primacía y desplazamiento, ya que el dominio en este campo sería la caída definitiva del gendarme mundial.
Entonces, veamos en forma comparativa los desarrollos y fortalezas de los bloques en contienda a muerte.
Rezago industrial de EE.UU. frente a China (según datos y métricas clave hasta 2025):
- Participación en la manufactura mundial:
- China: Controla el 26-30% del output manufacturero mundial.
- UU.: El 11-18% del output manufacturero mundial.
- Crecimiento de producción industrial/manufacturera:
- China: En 2025, crecimiento año a año de 5-7% en varios meses (varía mensualmente).
- UU.: Estancamiento o crecimiento modesto, por debajo de China.
- Utilización de la capacidad industrial/instalada:
- China: Tasa de utilización en manufactura/industrial alrededor del 74-75% en 2025.
- UU.: Tasas altas en algunos rubros, pero tendencia menor; razón de la política «America First».
- Productividad por trabajador/valor agregado por unidad de ingreso:
- China: Aunque la producción es mayor en muchos sectores, la productividad promedio es menor (alta tecnología en regiones costeras; rezago en interior y manufactura tradicional).
- UU.: Ventaja en productividad por trabajador, con innovación en tecnología avanzada, semiconductores y aeroespacial, en contienda con China y Rusia.
- Capacidad militar/industria pesada estratégica:
- China: Avances acelerados en construcción naval, producción en masa de tecnologías críticas (vehículos eléctricos, baterías, telecomunicaciones, infraestructura). Su industria de embarcaciones supera a EE.UU. en tonelaje en algunos segmentos.
- UU.: Liderazgo en alta tecnología y defensa avanzada, pero limitaciones en capacidad naval, costos laborales altos y cadenas de suministros vulnerables.
En esta contienda de bloques, la real capacidad de contender con EE.UU. radica en China, por su desarrollo acelerado en todos los planos y su peso poblacional. Pero también en otras potencias como India, Rusia (en recuperación), Irán, Brasil, Corea del Norte y miembros crecientes de los BRICS.
A raíz de esta realidad, EE.UU. rediseña sus prioridades, girando hacia el Asia-Pacífico. Desde 2009, su plan «A» era absorber a China mediante occidentalización cultural, política y económica, ayudando en su desarrollo para luego subordinarla, imponiendo su «democracia» y colapsándola como a Rusia. Pero con Putin, Rusia salió del desastre y se convirtió en impulsora de la «multipolaridad», lo que representó un fracaso yankee.
Luego, redefinieron para aislar a China, con el TPP para marginarla, ganar a Rusia y pivotar con India en Asia —otro fracaso. En Medio Oriente, planes de decapitación de estados (eliminación de líderes en Irán, Libia, Palestina, Rusia, Yemen, etc.) bajo teoría de «dominio mundial de amplio espectro».
En la obra de Elbridge A. Colby, The Strategy of Denial: American Defense in an Age of Great Power Conflict (2021), este analista geoestratégico militar —actual subsecretario de política en el Pentágono, con 45 años y servicio desde el primer gobierno de Trump— redefine la política de seguridad de EE.UU. Prioriza el poder militar para contener a China en Asia, especialmente en Taiwán (clave para semiconductores y dominio del Mar de China Meridional).
Se redirecciona el arsenal nuclear hacia Rusia y China, reforzando alianzas con Japón, India (en pérdida), Australia: ensayos militares conjuntos, modernización nuclear y defensa aliada contra potencias.
Debemos estudiar a Colby en profundidad, como arquitecto de la Estrategia de Defensa Nacional de EE.UU. desde 2018, que cambió el enfoque de la lucha antiterrorista a la competencia con China y Rusia.
Hoy se plantea dejar a la OTAN para que se ocupe de Rusia y su visión euroasiática (recuperación de ex-URSS y zonas de influencia), abandonando la guerra en Ucrania para priorizar China. Pero Europa se hunde en su peor crisis histórica: Alemania (locomotora) en recesión, Francia casi quebrada, hechos que afecta al pueblo y acicatea las luchas populares por deterioro de condiciones de vida, mientras priorizan en una economía de guerra y para la guerra contra Rusia en forma frontal.
Por otra parte, China y Rusia impulsan una estrategia circunstancial de «multipolaridad» para crear múltiples frentes al imperialismo yankee, Teniendo como frente único contra todo el bloque occidental. Las nuevas rutas de la seda tienen que ver en como extiende sus influencias en el mundo, incluso en sus propias zonas de dominio norteamericano, hasta en su propio “patio trasero” que está en contienda.
ANÁLISIS COMPARATIVO DE LOS BLOQUES EN CONTIENDA Y SUS CAPACIDADES Y PERSPECTIVAS.
Si vemos en la paridad de poder el PIB de los BRICS es superior a los del grupo de los 7, con ritmo de crecimiento acelerado.
–Los BRICS, ya representa el 40 % de la población mundial, cuya base es China e India, si a todo ello sumamos a Egipto, etiopia, el mismo Sudáfrica, Asia, es mucho mayor, sin contar con nuevos miembros que seguirán incorporándose.
PIB – BRICS. – 35% del PIB mundial
G7.– 30% del PIB mundial
Recursos Naturales en dominio de los BRICS, ya son potencia en energía y materias primas: Rusia (gas y petróleo), Sudáfrica, (oro, platino), Irán y Arabia Saudita (energía). Brasil (alimentos y energía)
A estas alturas tienen la capacidad de influir en precios globales, su capacidad de influir en los precios de los alimentos y energía ya esta fuera del control del dólar, no en forma absoluta, pero va en crecimiento imparable.
Crecimiento económico
El G7 crece lento, saturado, desindustrializado, y con grandes riesgos, mientras India y China, sus tasas de crecimiento son altas, la contribución de china al PIB mundial hasta el 2025 es de 19,45%, mientras India fue el 8,25 en el mismo año.
Su desarrollo en el dinamismo económico en sectores como manufactura y tecnología es cada vez más sólido y en crecimiento.
En el plano geopolítico
Por la diversidad de origen de sus miembros, contienen diversos continentes, de las cuales podemos señalar: África, América latina, Asia, la que permite una amplia influencia, que rediseña el espectro de dominio hegemónico que hasta antes era, el dólar.
Instituciones mundiales
Como todos sabemos, esta en proceso de construcción y consolidación, pero ya cuenta con un NUEVO BANCO DE DESARROLLO (NDB) como alternativa al FMI/ Banco mundial. Sin dejar de señalar que, en ese proceso de construcción, ya se comercia con divisas propias entre sus miembros, saliendo fuera del dólar, hecho que desespera al imperialismo Yanki.
Es sabido que aun el imperialismo Yanki cuenta con su fortaleza en la cuestión financiera, cuenta con toda una arquitectura y en coordinación como es el FMI, OTAN, Banco mundial.
Mientras los BRICS, aun carecen de toda esa arquitectura financiera como también militar con sentido conjunto y global, pero se sabe que van destacándose en rubros que se desarrolla aceleradamente.
En imagen internacional y confianza, los BRICS tienen toda la ventaja ante la matonería del imperialismo norteamericano, dado que no es avasallante ni impositivo, sim embargo podemos decir, que no generan polos de desarrollo en las naciones en las que tienen influencia, si no, juegas a sus propios intereses de bloque o particular, y se desenvuelven dentro de la lógica de la producción capitalista en crisis general.
Someramente podemos hacer estas comparaciones, las razones de la contienda de poderes, la que gesto esta IIIGM en pleno proceso.
Respecto al planteamiento de la multipolaridad
¿Conviene a los pueblos un escenario multipolar? ¡Sí!, también a las naciones oprimidas, siempre y cando, aun esta sean capitalistas dependientes, pueda ejercerse el soberanismo y condiciones de exigencia para el desarrollo y contra el atraso o rezago.
¿podrían en mejores condiciones a los pueblos? También, siempre y cuando sepa exigirse y demandar fundamentales derechos y libertades en forma de frente popular o de clases.
Recordemos la alianza de EE.UU., Inglaterra y la URSS de Stalin contra el fascismo. Dadas las organizaciones populares actuales y sus vanguardias, no es ponerse a la cola de nadie: manteniendo principios proletarios, se hacen tratos y alianzas ante la inminente guerra mundial, que no será como las anteriores, sino nuclear. Hoy, la capacidad destructiva es 200-300 veces mayor que en Hiroshima y Nagasaki.
Es en este contexto de guerra de poderes —en momentos de desarrollo de la Tercera Guerra Mundial— donde están inmersos riesgos existenciales para la humanidad, demandar, exigirse en la organización del pueblo, naciones antiimperialistas, clase obrera y su dirección es un deber ineludible de las clases del pueblo, de sus organizaciones, lideres.
No están las condiciones subjetivas del siglo pasado, ni en liderazgo de clase, menos con la capacidad e influencia hasta en los términos democráticos. las organizaciones proletarias sufren múltiples problemas, sin iniciativa o con visiones de incomprensión y conciencia, fundamento que una, construya y lidere otro polo.
Las luchas populares en el mundo son en su mayoría espontaneas, exigida por las condiciones de vida en las que viven, o por las agresiones en la sufren.
La humanidad vive momentos complejos con riesgos catastróficos, como en la guerra de EE.UU. contra el pueblo palestino (no de Israel, como pretenden hacer creer). Allí vemos, incluso en el seno del imperialismo norteamericano, redadas de autoritarismo, ofensivas contra disidentes, demonización de líderes y sus organizaciones, y activistas catalogados como «terroristas», «antisemitas» o «antijudíos»; persecución y silenciamiento. Allí están los adalides de la «democracia», replicado en estados vasallos, especialmente en América Latina.
La reaccionarizacion de las sociedades es nítida y será peor aún. Están en contienda inter imperialista, pero, de otra parte, tratan de conjurar los hechos históricos, momentos históricos de los pueblos, de la clase obrera y sus conquistas o avances en el siglo XIX, los procesos anti sistémicos, socialistas, aun cuando estas sean en el plano ideológico, desatan campañas y ofensivas de demonización, parte de su guerra anti comunista.
La razón es simple, no quieren que tomen iniciativa en ningún plano, razón de su ofensiva y represión con todo el poder en sus manos.
Pero, los imperialismos, tarde o temprano, fracasarán y se hundirán; esa es su tendencia. Saldrá la luz en medio del caos mientras el pueblo luche en las calles, simultáneamente o no. Ya surgirá claridad mientras se siga luchando, sin rendirse.
En síntesis: el imperialismo caerá, pero ¿a qué costo? Dependerá del papel de los pueblos, su clase obrera y vanguardias.
23/09/2025
Fuentes:
- FED
- Challenger Gray Report
- Announced Job Cuts
- US Private Growth Slowed Down
- ISM – Institute for Supply Management
- Bloomberg
- Goldman Sachs
- Federación Nacional de Minoristas de EE.UU.
- ICC – International Chamber of Commerce
- Coalition for a Prosperous America
- Trading Economics
- ING Think
- CSIS
- The Atlantic
- Policy Exchange
- Institute for National Strategic Studies – INSS
- Análisis de K.J. Noh (especialista en Asia-Pacífico)
- Elbridge A. Colby – The Strategy of Denial
- Comentarios y análisis de Alfredo Jalife, Yanis Varoufakis, Negocios TV, Canal del Coronel, India & Global Left (en español), Jeffrey Sachs (en español), Dialogue Works (en español), Brújula Económica, Glenn Diesen (en español), Ray Dalio: The Changing World Order: Why Nations Succeed and Fail, etc.